El Díficil Camino para llegar a Dios
Pobreza Mental
BIENVENIDOS...
HOY ES EL DÍA DE VER LAS COSAS DE OTRA MANERA, SÓLO DEJA QUE DIOS ENTRE EN TU VIDA Y VERÁS COMO MEJORARÁ TU CAMINO...
domingo, 20 de octubre de 2013
sábado, 19 de octubre de 2013
Variaciones Espirituales
¡…Trabajar y Trabajar…!
Y al final...
¿Para qué?
El
trabajo es una actividad que fortalece nuestro cuerpo, ya que lo activa aún más
en sus funciones por el esfuerzo físico y desgaste de energía que hacemos a
diario, produciendo un buen metabolismo de nuestras células y organismos,
además, de una buena circulación; otro beneficio es la paga que produce el
trabajo durante jornadas diarias que se acumulan para recibir al final un
sueldo y si se hacen horas extras o se trabaja en días de fiestas o fines de
semana, la paga es más que buena, hasta pagan el doble por una jornada diaria
(Mt. 25, 14 – 30), pero no – sólo eso, sino que el trabajo promueve la
estabilidad personal (Mt. 20, 1 – 16), además, aquel (la) que trabaja lo hace
con agrado y con gusto, otr@s no lo hacen así y, sin embargo, trabajan…
El
que es profesor o maestro lo hace con el gusto de enseñar y hasta de aprender,
el policía para mantener la seguridad en una comunidad o salvar a una persona
de la delincuencia, el chofer de un transporte lo hace para montar a sus
pasajeros, el ingeniero para crear y mejorar la calidad de los productos, el
electricista para dar y mantener el buen funcionamiento de la luz de los
hogares, el albañil para construir, la ama de casa para cuidar, mantener y
llenar su hogar de felicidad, el
estudiante para aprender de cada día algo nuevo que ayude a su bienestar
integral, (Lc. 8, 1 – 15)… el que hace su trabajo con otro fin o para lucrarse
de él, no es digno de ese trabajo ni que se le pague por él o de ni recibir
algún premio,… (Lc. 16, 1 – 15), sin embargo, el asunto no es éste y aunque se
esté estable no se está completamente satisfecho, falta algo, porque a pesar de
que estemos haciendo lo que nos gusta no nos sentimos llenos a plenitud y
aunque tengamos un hogar, una familia, mch@s amig@s,... Nos sentimos que hemos
trabajado tanto y ¿Para qué? Si no estamos enteramente sastisfechos; ¿Qué nos
faltará? ¿Acaso más trabajo? O ¿Más amor? Pero si ya tenemos todo o por lo
menos así lo creemos.
Sabes,
a veces las cosas que vemos nos ayudan, pero más nos ayudan las que no podemos
ver, pues, entonces, ¿Sabes de quién te hablo?; él murió por ti y por mí para
el perdón de nuestros pecados (2ª Co. 5, 14 – 21), es Jesús de Nazaret (Lc. 1,
27 – 56) y (Lc. 2, 1 – 52), hijo de Dios, pues, búscalo y verás que es esto lo
que hará que tu vida este completamente satisfecha y sólo necesitas tres cosas
para ello:
1.-
Cumplir los
mandamientos y ayudar al prójimo (Éx. 20, 1 – 17).
2.-
Pedir y buscar el
perdón de Dios y de nuestr@s herman@s (Oración) (Lc. 11, 1 – 13).
3.-
Leer su santa
palabra (Biblia) y asistir a la Iglesia (Éx. 20, 8 – 11).
El
resto vendrá por añadidura, sólo deberás buscar paz para tu alma y, por
supuesto, la salvación de la misma, porque al final (Deut. 32, 32 – 35), en la
hora de tu muerte (Ap. 20, 12 – 15), dirás continuamente: – “Tanto que trabajé
y trabajé y al final ¿Para qué? Si ya estoy muert@ para Dios por culpa de mis
pecados (Is. 30, 1) y nunca dediqué unos minutos para dar gracias a Dios y para
trabajar por la limpieza de mi alma”. (Eclesiástico 11, 28).
Recuerda
entonces trabajar por la salvación de tu alma (Ez. 18, 21 – 24) y así, al final
del camino, sabrás encontrar la dicha en Dios (Ez. 33, 10 – 11) por medio de su
hijo, Jesús. No lo olvides, ya que el hombre y la mujer viven y mueren una sola
vez (Heb. 9, 27 – 28), no esperes el momento de tu muerte (Gál. 6, 8 – 10) para
buscarlo o cuando seas viej@, porque tú no sabes qué pasará mañana o después de
unas horas (Ef. 5, 16 – 17), empieza de una vez, mira que el tiempo pasa como
el día y la noche… (Is. 1, 16 – 22), al llevar a Dios en tu corazón todo será
pleno y más cuando ofreces tu día de trabajo al Señor, o tus desdichas, o tú
felicidad… (Fil. 2, 14) yo ya lo hice y tú ¿Qué esperas?; Muchos dicen: – Yo amo
a Dios y lo llevo en mi corazón y eso basta… (Eclesiástico 5, 5 – 10) y yo les
pregunto: – ¿Seguro?, deberías compartirlo y no dejarlo solo y abandonado en tu
corazón… Trabaja para ti y para Dios… no lo olvides… (Ap. 22, 12) y (Ap. 14,
13).
Ales…
Autor: Jackson Alexander, Vásquez
V – 14.024.448
Valencia, 01 de Mayo del 2007
miércoles, 16 de noviembre de 2011
A la Distancia de Dios...
Soy una persona que le debe a
Dios hasta el modo de caminar y no encuentro la manera de pagarle (Tes 5, 18) y
en muchas ocasiones le pago cometiendo muchos pecados (Heb 2, 18) y siento que Dios y sus Ángeles (Mt 18, 10)
se alejan de mi a unos 1.000 m2, pero cuando mis pecados son leves (1°
Jn 2) sólo siento que Dios y sus Ángeles están a 1 m2 de distancia y
cuando me siento que estoy en gracia (Lam 3, 39), ellos están a 10 cm2
de mi (Sal 33)… ¿A qué distancia está Dios de ti? (Sal 90) Pero no creo que
sepas la respuesta sin haber vivido a los extremos, porque es, en esos momentos
en la que usted se desconecta de Dios y se entrelaza directamente con el
Demonio (Heb 10, 26 – 27), ya que deja a Dios a un lado por llenar su vida de
infelicidad, preocupaciones, amarguras, rencores, odios, depresión, tristezas,
soledad humana (2° Co 6, 4 – 18) y (Ex 23, 21)… producto de las circunstancias
mundanas (2° Co 2, 14 – 17), pero ¿Es cierto que Dios se aleja de ti? Él, lo
haría a más de 1.000 m2, lejos de ti; lejos de esa alma negra y
abandonada a los pies del Demonio (1° Jn 3, 8 – 10), entonces, ¿Será cierto que
Dios se aleja de ti a tan gran distancia? Pues, déjame decirte mi amig@ que, la
respuesta es: ¡…No…! Dios se alejará de ti cuando tu estés en el Reino de los
Cielos para que lo alabes en medio de su Gloria (Gál 2, 20), es decir, que,
cuando estas en problemas, Dios estará más cerca de ti y mucho más de lo que piensas
(Judas 1, 23), hasta 1 cm2 de distancia y cuando los problemas son
más fuertes, que te pueden llevar al suicidio, ya no hay distancia que te
separe de él y es porque él te sostiene en sus brazos (Mt 4, 6), para que no
decaigas en las tinieblas (Ex 23, 20); debes estar atent@ para escuchar su voz
de consuelo (Heb 12, 5 – 8) que
impartirá sólo para ti (Lc 22, 43)…
Él te levantará y no te
dejará caer nunca más en las tinieblas, sólo debes clamar su nombre (2° Co 6, 2)
y seguirlo, entrega tu vida al Señor Jesús y él te llevará hasta el Padre
Celestial que se encuentra en el Reino de los Cielos (Mt 10, 38 – 42).
Recuerda que para Dios no hay
distancia que lo separe de ti o de mí, la distancia sólo puede ser enmarcada
nada más y nada menos que por los Hombres (Ef 4, 3)…
Cristo, Usted y yo… Somos mayoría aplastante (1° Jn 3, 23
– 24)… Amén…
La Cruz: “Símbolo de Todo aquel que suele decir que es CRISTIANO”
A pesar de que la cruz es una imagen que nos ayuda a comprender donde murió Jesús y no para adorarla, sino al que colocaron en ella (1ª Corintio 1 y 2); es difícil que muchos entiendan esto, así como Dios le dio poder a una figura (Serpiente de Broce) hecha por un hombre (Moisés), el resto no escapa de dicho poder (Número 21), pero si tomamos esas creaciones como dioses, es ahí donde está el problema y la confusión (1ª Corintio 12, 2). Jesús en su palabra nos dice: - El que no tome su Cruz y venga detrás de mí, no puede ser mi Discípulo (Lucas 14, 27 ó Marcos 8, 34 ó Mateo 10, 38). La fe está fundamentada en Obras, ya que Jesús vino a Obrar (Hacer Milagros y Ayudar al más necesitado), para un Cristiano una fe sin obras es una fe muerta (Hechos 26, 18 – 20 ó 1ª Pedro 1, 16 – 21). Es por eso que el que cree en Jesús, hará lo mismo, es decir, Obrar con fe y dicha fe descansa en el Padre Celestial (Juan 14, 10 – 13), Claro, no todo se lo debemos dejar a Dios, por ejemplo, si un hermano necesita algún tipo de ayuda, no dejes de ayudarlo si tienes como hacerlo y si no, ponlo en nombre de Dios para que no caiga la maldición en ti (Mateo 25, 31 – 46). Recuerden: Quien no hace PENITENCIA por sus pecados cometidos, crucifica de nuevo a Jesús (Hebreos 6, 6), el pago de promesas es una forma de penitencia, como lo es el ayuno, el ayudar al pobre dando limosna y el ir a los templos a glorificar a Dios. La Colecta es espontanea pero el Diezmo es obligado y lo que sale del corazón es agradable a Dios (Colecta) pero lo que es obligado se da de mala gana y es Pecado (Diezmo): (2ª Corintio 8 y 9). Trata de no pecar más…
¿Cómo seguir el Camino de Yeshua?
¿Cómo seguir a Dios? Si aún me gustan las cosas del mundo, ¿Cómo entregarme a él? Sino sé cómo recibirlo; él me conoce y conoce mis penas en esta vida… en verdad estoy confundido pero sé que no estoy perdido, quiero ser pescador de hombres (Mt 4, 19) y ni siquiera sé pescar sardinas, ¿Cómo hacer la voluntad de Dios? Si ni siquiera sigo la mía.
¿Cómo dejaré todo, para seguirlo? Si necesito de lo material para desenvolverme en este mundo, ¿Cómo dejaré de ser mundano? Si sé que no hago nada malo, ¿Cómo dejaré el pecado? Si en mi corazón no habita el Espíritu Santo… ¿Cómo amo a mis enemigos? Si ni siquiera amo a mis amigos (Lc 6, 27 – 36)…
¡…Oh! Jesús, ¿Cómo llego a ti? Si nuestro Padre no me lo concede (Jn 6, 65); tengo fe, muy poca, pero la tengo, aunque no se parece a un grano de mostaza (Lc 17, 5 – 6)… ¡Oh! Señor, ayúdame a salir de esta oscuridad, yo no puedo seguirte por culpa de mis pecados; ilumina mi vida Señor (Jn 8, 12), no me dejes solo, hazme salir del mundo para vivir y obrar como nuestro Padre manda… quiero conocerte para así conocer a nuestro Padre, no me abandones Señor que, yo no lo he hecho, a pesar de que he pecado contra ti y contra nuestro Padre.
¡Oh! Padre, me arrepiento por todo lo que he hecho mal y me entrego a Jesucristo, como mi único salvador, que murió por mis pecados en la cruz y resucitó para dar a conocer la Gloria de Dios, sobre el mundo y el pecado, que es producto del demonio… Señor, yo te recibo de todo corazón y te prometo confesar los pecados que he cometido hasta hoy y no pecar más (Stg 5, 13 – 18), además, no dejaré de Santificar las fiestas (Ex 20, 8 – 11), sólo te pido que me salves Señor y no dejes que mi alma se muera a causa del mal que hay hoy en día en el mundo; lléname de fe, ya que toda persona justa, por la fe vivirá (Ro 1, 17), para siempre…
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